Al recibir la invitación
para exponer mi obra en la Sala de Exposiciones de la Fundació Caixa VINARÒS,
la primera imagen que me vino a la cabeza es la de la sala y en ella las líneas horizontales que enmarcan el
zócalo de los muros que a su vez me
trasladan por un instante mentalmente al paseo,
junto al mar de VINARÒS; es entonces cuando se activan en mi interior un
cumulo de sensaciones de imágenes de mis experiencias de relación con esta tierra el aire y el agua. (Elementos básicos que
mantienen y elevan el espíritu). Al
intentar actualizar la primera imagen de la sala, me doy cuenta que mi
percepción ha cambiado, los muros los veo transparentes, son muraos de aire
limpio y las líneas del zócalo forman un
horizonte circular cuyas olas
entrelazadas se excitan se funden
y se vuelven a excitar generando
diversidad de burbujas que flotan en el
espacio entonando como un canto a la vida en todas sus manifestaciones sin
distención de raza sexo o especie. En este momento me pregunté y me dije:
¿Córdoba no te estás pasando, te han invitado a que cuelgues tus cuadros en estos muros , no a
que los pintes y transformes en una de tus ilusiones de realidad?. A
continuación pedí los planos de la sala y pude comprobar que doce o catorce tableros de 80 cm. Serían
suficientes para hacer una exposición con algunas de estas sensaciones que llamo
burbujas de unidad.
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