Hoy me siento mejor, no tanto por la realidad que me contáis
unos y otros, sino más bien por lo que “veo” que suele ser lo que respiro… Unos
y otros tenéis parte de razón, pero no os dais cuenta que somos no solo lo que aparentamos en la foto, también
somos lo que oculta nuestra espalda; que
en muchas ocasiones no sabemos, o no queremos ver, y los demás si lo ven; como
también ven lo que dice el perfil izquierdo, y el perfil derecho, (ambos
gobernados por los hemisferios opuestos del propio cerebro).
“No es cuestión de buenos y
malos, es cuestión de ignorancia, excesos y deficiencias”.
Confundir la imagen con la
realidad es un fraude a la visión y a nosotros mismos; la imagen solo es una
representación. La realidad la construimos y reconstruimos entre
"todos" con nuestro comportamiento diario.
Ver la realidad, es darnos
cuenta de que "todos" somos fruto de estas raíces de funcionamiento
que hoy tenemos; y el fruto es esencialmente igual a la raíz; lo que cambia es
la forma y a través de ella vamos cambiando nosotros. Cuando "vemos"
que algo no funciona, o funciona mal, es bueno imaginar también la forma para
gestionar con "equidad" la parte del árbol de la vida que estamos
tocando individual y colectivamente.
La imaginación es un
estímulo que impulsa el valor de las personas cuando está al servicio de la
vida y facilita el desarrollo de cualidades de unos y otros; por el contrario
frena y merma nuestro valor personal, cuando la utilizamos para evadir esta
responsabilidad y hacemos de la vida del otro y los otros, objetos de usar y
tirar o instrumentos a nuestro servicio.
La representación en blanco
y negro que unos y otros hacéis de la
realidad, solo es una representación, una imagen fija; mientras que la realidad
es móvil, se mueve desde el interior de las personas con multiplicidad de
colores y formas; solo hay que respirar, y darnos cuenta que la vida no es un medio sino un fin en sí misma,
un auténtico “valor” que tenemos "todos". Trabajar en ello, es asumir
la responsabilidad de auto educar nuestra visión, actuar atentos a lo que
ocurre, y construir en nuestras relaciones diarias unidades solidarias de
"equidad" evitando que los excesos de unos, sean las deficiencias de
otros.
Imaginar y construir cada día
la ilusión de ver la realidad, puede ser un modo responsable de empezar a ser
ciudadanos libres, aceptar y reconocer la complementariedad del blanco y el
negro, sin que la afirmación de uno, suponga la negación del otro, porque entre
ambos, se encuentra realmente, el valor, la belleza cambiante y multicolor de
las formas de la vida en todas sus manifestaciones...