FORMA Y ARMONÍA VITAL

ESPACIO ÉTICO PLÁSTICO ABIERTO AL JUEGO DE RELACIONAR PALABRAS, FORMAS, Y COLORES AL RITMO ÍNTIMO DEL UNIVERSO...


15/7/08

F U T U R O


El futuro empieza hoy... El futuro es lo nuevo que nace en cada uno de nosotros... Esa posibilidad que genera cada organismo cuando capta la realidad en sus distintas dimensiones... Cuando sin perder la propia identidad acepta la totalidad del otro y lo otro y se da cuenta que la diferencia que en principio genera tensión, también facilita el contraste de posibilidades que renuevan la vida.

Construir armónicamente el futuro implica: tener en cuenta el valor efectivo del presente con todas sus posibilidades, verificar su propia raíz que es el pasado, puesto que futuro presente y pasado son tres referentes básicos en cualquier cultura viva, tres aspectos de la realidad que percibimos al tener conciencia de existir... 
Los seres humanos somos no solo aquello que aceptamos, también somos todo aquello que rechazamos por que es nuestra percepción la que le da forma positiva o negativa en nuestro interior a esta realidad de la cual somos parte esencial.
 
Asumir esto que ocurre dentro y fuera del propio organismo es admitir que existen otras dimensiones, otros puntos de vista; diferentes maneras de ser y hacer, distintas formas de manifestarse y relacionarse y con todo ello: nuevas posibilidades de vivir; en definitiva nuevos valores...

En Cada persona existe un artífice del futuro en la medida en que se implica en lo que hace y responde a eso que ocurre dentro y fuera de el. En este sentido se puede decir que todos somos algo artífices de lo que ocurre y que la bondad y belleza de nuestra cultura actual depende del grado vital de implicación ética y estética de cada uno de nosotros en nuestra actividad diaria... Cuando esta implicación en lo que hacemos es “integra y sincera” se desarrolla en nuestro interior “autentico valor”, aumenta nuestra cultura y la sociedad progresa armónicamente.
Hemos de distinguir entre “certificado de valor” y “autentico valor”:
El “certificado de valor” no es el valor; es un papel de base legal que la sociedad ha creado (que no siempre va paralelo al valor) y los individuos “veneran” y anteponen a la vida cuando dejan de creer en ellos mismos y en sus semejantes. Es un papel que necesitamos multiplicar en la medida que aumenta el divorcio con nosotros mismos y con los demás seres vivos. Es un papel que colgamos en casa en forma de diploma, archivamos en carpetas en forma de permisos y seguros o guardamos en el banco en forma de inversión como si fuera “el autentico valor” pero solo es un certificado...
Por el contrario “el autentico valor” esta en la vida; se desarrolla en el interior de las personas, no es negociable por que no se puede medir ni pesar pero nos acompaña día y noche y nos hace felices o desgraciados según lo desarrollamos. Pertenece a esa parte de la vida humana que toma forma real con el desarrollo de facultades y pautas de comportamiento y se hace evidente para todos en la relación que mantenemos con los demás seres vivos y con nuestro entorno. Estas pautas pueden ser armónicas o agresivas a nosotros mismos o a los demás; parten de la misma energía, las primeras nos hacen libres y por lo tanto responsables, las segundas no.
Los artífices de la armonía del futuro son personas auténticamente vivas que han tomado posesión de si mismas amando el presente que es su raíz vital. No anteponen el certificado a la vida, ni hacen de esta un negocio o un objeto de consumo; saben distinguir entre crecimiento sin medida y desarrollo armónico cualidades y pautas de comportamiento... su riqueza es la ilusión para imaginar el futuro en su quehacer cotidiano; su valor es permanente ya que se renueva en la acción, el gesto, la palabra, el tono, la forma o el color que aportan a cada situación de la vida actual, base de  mejor futuro ...