El futuro empieza hoy...
El futuro es lo nuevo que nace en cada uno de nosotros... Esa posibilidad que
genera cada organismo cuando capta la realidad en sus distintas dimensiones...
Cuando sin perder la propia identidad acepta la totalidad del otro y lo otro y
se da cuenta que la diferencia que en principio genera tensión, también
facilita el contraste de posibilidades que renuevan la vida.
Construir armónicamente
el futuro implica: tener en cuenta el valor efectivo del presente con todas sus
posibilidades, verificar su propia raíz que es el pasado, puesto que futuro
presente y pasado son tres referentes básicos en cualquier cultura viva, tres
aspectos de la realidad que percibimos al tener conciencia de existir...
Los seres humanos somos
no solo aquello que aceptamos, también somos todo aquello que rechazamos por
que es nuestra percepción la que le da forma positiva o negativa en nuestro
interior a esta realidad de la cual somos parte esencial.
En Cada persona existe un
artífice del futuro en la medida en que se implica en lo que hace y responde a
eso que ocurre dentro y fuera de el. En este sentido se puede decir que todos
somos algo artífices de lo que ocurre y que la bondad y belleza de nuestra
cultura actual depende del grado vital de implicación ética y estética de cada
uno de nosotros en nuestra actividad diaria... Cuando esta implicación en lo
que hacemos es “integra y sincera” se desarrolla en nuestro interior “autentico
valor”, aumenta nuestra cultura y la sociedad progresa armónicamente.
Hemos de distinguir entre
“certificado de valor” y “autentico valor”:
El “certificado de valor”
no es el valor; es un papel de base legal que la sociedad ha creado (que no
siempre va paralelo al valor) y los individuos “veneran” y anteponen a la vida
cuando dejan de creer en ellos mismos y en sus semejantes. Es un papel que
necesitamos multiplicar en la medida que aumenta el divorcio con nosotros
mismos y con los demás seres vivos. Es un papel que colgamos en casa en forma
de diploma, archivamos en carpetas en forma de permisos y seguros o guardamos
en el banco en forma de inversión como si fuera “el autentico valor” pero solo
es un certificado...
Por el contrario “el
autentico valor” esta en la vida; se desarrolla en el interior de las personas,
no es negociable por que no se puede medir ni pesar pero nos acompaña día y
noche y nos hace felices o desgraciados según lo desarrollamos. Pertenece a esa
parte de la vida humana que toma forma real con el desarrollo de facultades y
pautas de comportamiento y se hace evidente para todos en la relación que
mantenemos con los demás seres vivos y con nuestro entorno. Estas pautas pueden
ser armónicas o agresivas a nosotros mismos o a los demás; parten de la misma
energía, las primeras nos hacen libres y por lo tanto responsables, las
segundas no.
Los artífices de la
armonía del futuro son personas auténticamente vivas que han tomado posesión de
si mismas amando el presente que es su raíz vital. No anteponen el certificado
a la vida, ni hacen de esta un negocio o un objeto de consumo; saben distinguir
entre crecimiento sin medida y desarrollo armónico cualidades y pautas de
comportamiento... su riqueza es la ilusión para imaginar el futuro en su
quehacer cotidiano; su valor es permanente ya que se renueva en la acción, el
gesto, la palabra, el tono, la forma o el color que aportan a cada situación de
la vida actual, base de mejor futuro ...