Hoy todos opinamos sobre educación, y es válido, en la medida en que no es
separado de la praxis del ejemplo. La educación como la vida, se renueva en
cada instante y se transmite y se recibe vivencialmente en nuestras relaciones
dentro y fuera de las aulas. Sin darnos cuenta o conscientes de ello, todos
estamos educándonos y educando a los demás con nuestro comportamiento diario.
Este proceso (o praxis por el cual una información o lección se convierte en
experiencia vital) nos afecta a todos y
todos necesitamos reflexionar, para que las normas y los conceptos abstractos
que hoy usamos dentro y fuera de las aulas, sean asimilados significativamente y conecten con la realidad
que vivimos.
El niño es el espejo
mimético de nuestro modo de ser, (el fruto, no es diferente al árbol). También
el niño, es portador de lo nuevo. Este es precisamente el terreno de la
educación: “Identificarnos con la nueva cosecha y construir con nuestro ejemplo
dentro y fuera de las aulas unidades coherentes de funcionamiento vital puede
ser una buena praxis.”
Construir unidades
coherentes implica: asumir nuestra responsabilidad y tener un referente global
claro para no equivocarnos en el ejercicio de la libertad...
Entiendo por libertad, la
capacidad humana para hacer aquello que se quiere; querer eso que se hace, y
responsabilizarte de ello. Decir y hacer aquello que me dé la gana y escurrir
el bulto, responsabilizando a los demás, de mis propios actos, es otra cosa. La
libertad tiene un precio: es la responsabilidad de los propios actos.
Ser libres implica:
aceptar la igualdad entre tú y yo; y ambos reconocernos partes de un referente
mayor del cual somos también en parte responsables y esta responsabilidad es la
que nos da cierta autoridad para opinar libremente.
La autoridad no es algo
que se otorgue o se pueda imponer por la fuerza; la autoridad es algo que
construimos cada día haciendo un poco mejor eso que sabemos hacer, y ello
implica: afecto, destreza técnica, capacidad intelectual y respeto al otro, en
nuestra actividad diaria.
Esencialmente una gota de
agua y un océano son iguales. La misma relación esencial la tenemos entre un
individuo y el conjunto de todos los individuos; entre nuestra especie y el
conjunto de todas las demás especies. El referente global es la vida y cada uno
de nosotros somos una parte viva y en parte responsable de ese referente global
con posibilidad de construir unidades de armonía vital en nuestras relaciones
diarias con los demás seres vivos porque son partes de nuestro referente
global…
http://www.jscordoba.com/
1 comentario:
José Antonio
a mi em sembla una obra "redona". No diré que l'única , però de les més.
No és gens fàcil integrar, te n'he sentit a parlar moltes vegades dela integració, de la seua dificultat i de la seua necessitat... I quan intentem integrar esperit i natura... encara sembla més complicada la unió de "la pata con la oreja".
Però has sabut integrar els dos plans, el terrenal i el marítim dins d'una globalitat zelestial.
"La música de les esferes", tal que així es deia un capítol de la gran sèrie del Carl Sagan que presentava la ciència (la pata) harmonitzant amb la divina percepció de la sincronia dels astres (la oreja).
Com sempre a les teues obres més "fragmentàries" (només cal mirar la capçalera del bloc) és, justament, on els equilibris i les conjuncions de línies, volums, colors... cobren el millors sentit dins d'una composició tan ajustada que deixa sonar la música còsmica.
Senzillament, em sembla sublim, en les parts i, sobretot, en el tot, en la globalitat.
A vore si tenim sort i ens la pots legar a tot el poble en forma de grandiós mural. Ens mereixem tindre tan bella conjunció oberta per sempre a les nostres mirades i esperits. No passarà mai més que tinguem l'oportunitat de poder plasmar un quadre tan especial en un lloc tan especialment adequat.
Jo, així ho espero i demano.
rep
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